sábado, 3 de noviembre de 2007

Reflexiones ante las próximas elecciones generales.

Es evidente que la política de comunicación que necesitamos no puede resolver todo por sí misma, pero es pieza clave para avanzar en la consolidación de nuestro proyecto político. Hay que reconocer que en el Partido Socialista existen problemas de organización que están aparcados, los cuales inciden en la desmovilización de la militancia, o que se han despreciado posibilidades que reconocen los Estatutos, como las relativas a elecciones primarias para candidaturas electorales, que si se hubieran aprovechado sin los típicos temores del “aparato” nos habrían deparado quizá otros resultados.

Una política de comunicación eficaz es tan urgente como imprescindible. Hay que tener en cuenta que la comunicación no puede restringirse a la transmisión de un discurso meramente ideológico ni al conocimiento de una serie de datos al modo de cuenta de resultados, por más favorable que sea. La comunicación tiene que tener en cuenta registros simbólicos muy delicados, escalas valorativas, modos de lenguaje, etc. Y sobre todo ha de ir encaminada a aclarar el porqué de nuestra política, y no sólo de las políticas sectoriales, y el para qué, esclareciendo la finalidad a la que apunta.

Nuestras agrupaciones no pueden seguir siendo sumideros de información o lugares de mera discusión interna, han de ser altavoces de nuestras políticas y centros de complicidad con los barrios y la ciudadanía.

El nuestro debe ser un socialismo de la Ciudadanía, en el que son precisamente los/as ciudadanos/as y sus problemas el punto de partida, el referente último de nuestra acción política, para lo que su participación y apoyo son el motor imprescindible e insustituible.

Creemos en una ciudadanía activa y crítica, que haga oír su voz, que exprese sus demandas y exija comportamientos y resultados. Queremos por ello facilitar y promover la participación de los ciudadanos en la política democrática y en nuestro proyecto en particular. Debemos reforzar por ello nuestra estructura de implantación, manteniendo las estrategias modernizadoras que han sido capaces de traer al Partido en lo Municipal al siglo XXI. Y sobre todo manteniendo la mano tendida a todas las fuerzas de progreso bien intencionadas, pero exigiendo unidad interna, sin la cual nuestro mensaje es fácilmente diluido por nuestros adversarios.

Los socialistas debemos mirar al futuro con optimismo. Debemos tener la convicción de que hay razones para ello. Tenemos que hacerlo si queremos hacer progresar la sociedad. Nuestro optimismo se deriva del hecho de que creemos en la ciudadanía del Municipio de La Laguna, y en la capacidad transformadora de la democracia y de su voluntad de ejercerla. Creemos en un Municipio para la Ciudadanía.

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