domingo, 30 de septiembre de 2007

Reflexiones ante las próximas elecciones generales.

Creo imprescindible mirar al frente y caminar hacia la próxima primavera, fecha, al parecer, probable para la convocatoria de las elecciones que definirán nuestro futuro próximo.

Me resisto a ver esta tierra como un conjunto de departamentos estancos -los reinos de taifas poco futuro tuvieron-, como un grupo de poderes insulares que responden a este u otro poder mediático o empresarial, por muy fuerte e influyente que sea tal o cual “poder” respectivo.

En Canarias el Partido Socialista ha tenido un gran avance, un gran avance cuando se ha tenido el concurso de buena parte de sus seguidores, de sus afines, de aquellas personas de sentir progresista. Esto no ha sido igual para todos.

El denominador común de todos los lugares en los que no se ha ganado, o incluso de donde no se ha ganado como se esperaba, ha sido la abstención de parte del electorado socialista/progresista y la no incorporación significativa del voto joven (que exige y no perdona, coherencia de acción, transparencia exquisita en la distribución de los puestos –sin comprender dobletes, asesorías duplicadas con puestos en concejos bancarios- o falta de unidad en el mensaje). He ahí el principal problema a la hora de afrontar elecciones, de forma que lo ocurrido hasta el momento en estas convocatorias es aviso que enciende las luces rojas de cara a las próximas citas electorales.

Es este balance entre éxitos y fracasos el que explica que, a pesar de poder considerar que el PSOE ha resuelto bien las elecciones municipales y autonómicas, encontremos un su seno la sensación de una militancia abrumada, invadida por una perplejidad que recorta el entusiasmo que sería de desear que hubiera. No cabe duda que la falta de victoria en plazas como la de La Laguna o Tenerife, en Ayuntamientos y el “no-gobierno socialista aunque haya ganado” en la Comunidad, con el carácter emblemático que se concede a estas instituciones, es difícil de compensar por más que el cómputo global sea favorable.

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