De un tiempo para acá vivimos metidos en un flashback de pacotilla, donde los poderosos de turno al más puro estilo goebelsiano (toma palabro!) se empeñan, alguno hasta las cejas, en negar la realidad, crear anuncios cobardes ejemplos de gamberrismo barato, amenazar con el ostracismo, el descuartizamiento mediático e incluso hacerse ver como víctimas de una realidad impune, mientras atacan al comunicador en una acusica y falsaria retahíla de medias verdades.
No me tengo que ir ni una legación diplomática Saudí, ni a una trumpiana rueda de prensa, eso es lo jodido.

A ver... repitan conmigo: "No tengo que estar de acuerdo con todo el mundo, ni todo el mundo tiene que estar de acuerdo conmigo" a ver si así...