CON LA VENIA DE LA PAZ, ME PERMITO COLGAR ESTE TEXTO DE PEPE JUNCO, POETA.
NO OLVIDAMOS
Llega brotando la sangre
Desde todos los rincones
No es necesario un palangre
Para pescar corazones
Rotos en la madrugada.
Se desprenden conclusiones:
La vida no vale nada
Cuando suenan los cañones
Y la gente, desarmada,
Cae presa del desvarío
Como mueren los gorriones
Congelados por el frío.
El abrazo se evapora,
La risa pierde sentido,
En el suelo un niño herido
Muere mirando la aurora
Pidiendo una explicación:
¿Por quésin haber vivido
Se acaba aquí la canción?
Ni las estrellas del cielo,
Ni la luna, compungida,
Entienden cómo la vida
Queda sumida en un duelo
Tras la amarga despedida
Del niño que está en el suelo.
Vuelan las piedras con ira,
Los gritos desconsolados,
El sol con vergüenza mira
Los cuerpos que destrozados
Ponen fin a la partida.
Ni los siglos transcurridos,
Ni la experiencia adquirida
Han hecho que los bandidos
Entonen la despedida,
Mientras que los agredidos
Tienen que emprender la huida
Al verse desasistidos.
En este trance fatal,
Sabiendo que no es casual
Por desgracia lo ocurrido
No hacemos caso a lo oído
Porque todo nos da igual:
Pues nosotros no hemos sido
Los causantes de ese mal:
¡Cualquiera sabe al final
Lo que de verdad ha ocurrido!
Y dejamos que el olvido
Con su poder colosal
Disipe lo acontecido.
Pepe Junco. Poeta
NO OLVIDAMOS
Llega brotando la sangre
Desde todos los rincones
No es necesario un palangre
Para pescar corazones
Rotos en la madrugada.
Se desprenden conclusiones:
La vida no vale nada
Cuando suenan los cañones
Y la gente, desarmada,
Cae presa del desvarío
Como mueren los gorriones
Congelados por el frío.
El abrazo se evapora,
La risa pierde sentido,
En el suelo un niño herido
Muere mirando la aurora
Pidiendo una explicación:
¿Por quésin haber vivido
Se acaba aquí la canción?
Ni las estrellas del cielo,
Ni la luna, compungida,
Entienden cómo la vida
Queda sumida en un duelo
Tras la amarga despedida
Del niño que está en el suelo.
Vuelan las piedras con ira,
Los gritos desconsolados,
El sol con vergüenza mira
Los cuerpos que destrozados
Ponen fin a la partida.
Ni los siglos transcurridos,
Ni la experiencia adquirida
Han hecho que los bandidos
Entonen la despedida,
Mientras que los agredidos
Tienen que emprender la huida
Al verse desasistidos.
En este trance fatal,
Sabiendo que no es casual
Por desgracia lo ocurrido
No hacemos caso a lo oído
Porque todo nos da igual:
Pues nosotros no hemos sido
Los causantes de ese mal:
¡Cualquiera sabe al final
Lo que de verdad ha ocurrido!
Y dejamos que el olvido
Con su poder colosal
Disipe lo acontecido.
Pepe Junco. Poeta
4 comentarios:
Es un poema muy humano, con sensibilidad y a pesar de lo dura que suena, lo encuentro hermoso.
Es tan bueno que jorge con 10 años,lo entendio.
Ha querido leerlo en la plaza de su pueblo el día de la paz.
Y lo hizo,
bravo por mi niño!
:D el poder de la palabra... se puede usar para muchas causa, se puede y se debe.
que voy a decir yo de este poeta...
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